¿Porqué una propuesta como está?

Lector de Libros electrónicos 

Usualmente el texto impreso es el que comúnmente aparece en el aula, bien sea para enseñar aspectos del Lenguaje o de la Literatura. Sin embargo, la irrupción de las tecnologías ha venido a ofrecer otros formatos distintos a éste en los que tanto la construcción del texto como su lectura necesitan de otras formas de interacción, otras formas de abordaje. En el caso de la literatura, las narrativas han encontrado en el hipertexto y el hipermedia la posibilidad para explorar nuevas formas de expresión; han empezado a “enriquecerse” gracias a una cantidad de recursos que la tecnología pone al servicio del autor. En este sentido, la red ha venido permitiendo la publicación de distintos tipos de relatos en los que lo “literario” ha venido a asociarse al acompañamiento que otros tipos de lenguaje hacen del texto lingüístico en sí mismo. Es decir, se han empezado a constituir lo que Umberto Eco llama “bombas semióticas”; textos que juegan a generar interacciones significativamente diferentes con sus lectores, donde la imagen,  el sonido, el texto y el video transforman la experiencia de lectura. 

Estos formatos proponen, entonces, un tipo de lector que debe hacer cosas diferentes cuando lee, que se asume como un usuario del texto, en términos tecnológicos, y, por tanto, precisa de una serie de características específicas para poder desenvolverse en estos ambientes digitales. Estamos hablando de un lector digital. Un usuario que puede sobrellevar la sobrecarga cognitiva que implica la aparición en escena de distintos sistemas semióticos y que construye sus propias rutas de lectura; que “navega” en un mar de información y que puede llevar a buen puerto sus lecturas.

Lo anterior, insistimos, como fruto de los nuevos espacios creativos que se fundan en las posibilidades tecnológicas, hace deseable, en tanto textos de uso cotidiano para una gran parte de la población joven del mundo, una aproximación sistemática a los procesos de lectura necesarios para poder desenvolverse adecuadamente en estos contextos. En este sentido, y desde la perspectiva sociocultural en la que comprendemos la lectura y la escritura como prácticas sociales, la escuela puede proveer un espacio de reflexión y mejoramiento de las competencias necesarias para el tránsito consciente y significativo de los sujetos por estos espacios. El desarrollo de la lectura crítica, que establece rutas, trayectorias más conscientes -para no naufragar- como los que se requieren en ambientes digitales, vendría a constituirse, entonces, como uno de los retos que deben afrontar los maestros actualmente.







No hay comentarios:

Publicar un comentario